Ante un nuevo panorama
Según se acerca el inicio del año escolar, es importante repasar algunas medidas puntuales frente a los posibles escenarios que enfrentarán las instituciones educativas del país
Si bien la incertidumbre continúa siendo el elemento principal en cuanto al manejo del COVID-19 en diferentes escenarios, ante el próximo inicio del año escolar 2020-2021, es importante repasar algunas de las medidas recomendadas ante la posibilidad de iniciar estudios, ya sean presenciales, remotos o en modalidad híbrida en las instituciones educativas K-12 del país.
Aunque al cierre de esta edición el Departamento de Educación de Puerto Rico no había dado a conocer su plan en cuanto al protocolo que deberían seguir sus estudiantes, es importante que los padres y los cuidadores de niños en el sistema de educación pública del país conozcan algunos de los aspectos básicos que deben considerar, mientras continúan atentos a los avisos que emita el Gobierno.
De otra parte, el sistema de educación privada, liderado por la Asociación de Educación Privada de Puerto Rico, ya cuenta con unas guías generales que se han compartido con las instituciones que forman parte de esta organización. Según explicó Wanda Ayala de Torres, presidenta de la Junta de Directores de la organización, a partir de estas, cada escuela miembro puede establecer sus guías, ajustándolas a la misión, la visión y las necesidades de su institución, ya que, a diferencia de las escuelas del sistema público de enseñanza, las escuelas privadas tienen autonomía para establecer su propio plan para enfrentar el COVID-19.
“Ese proceso es más sencillo (en las escuelas privadas) porque es más individualizado. Cada escuela va a estar pendiente de cumplir con las necesidades que tiene su comunidad individualmente y de la manera en la que se estructuró su institución, en base a su misión y su visión”, resaltó Ayala de Torres, al recordar que la asociación agrupa a escuelas que tienen diversas filosofías educativas.
Sostuvo, además, que ha mantenido comunicación con el Departamento de Educación sobre estos temas, además de intercambiar información valiosa para “conseguir, cada cual, en su realidad, que los estudiantes de Puerto Rico estén lo mejor atendidos y servidos en este momento de crisis”, dijo Ayala de Torres.
“Lo más importante que estamos tratando de conseguir es que las directrices que tienen que ver con el manejo específico de la pandemia y cómo las estructuramos dentro de cada institución sean uniformes y paralelas, y estén basadas en las recomendaciones de las autoridades que tienen conocimiento de los aspectos de salud”, destacó.
Antes de comentar sobre algunos de esos requisitos básicos que, idealmente, deberían seguir las escuelas del país, Ayala de Torres recordó que, debido a que continuamente surge nueva información que puede incidir en el manejo del COVID-19 —las guías pudieran cambiar— los padres y los cuidadores deben mantenerse atentos y en comunicación con la administración escolar.
A continuación, ofrece las recomendaciones compiladas por la Asociación de Educación Privada de Puerto Rico en su documento protocolario para iniciar las clases ante el panorama ocasionado por la pandemia por el COVID-19. Estas toman en consideración las guías de entidades como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), la Organización Mundial de la Salud, la Unesco y otras organizaciones.
Recomendaciones
El distanciamiento social es medular. La recomendación es mantener los 6 pies de distancia. La cantidad de estudiantes por salón dependerá de las dimensiones de los salones en cada escuela.
El distanciamiento debe ser extensivo a todas las áreas de la escuela: comedor, biblioteca, patio y otras. Por lo tanto, requerirá que las instituciones tengan personal asignado en esas áreas para garantizar que esta medida se cumpla.
El lavado de manos es esencial. Deben existir estaciones de lavado y desinfección de manos a través de los planteles.
Las fuentes de agua deben clausurarse o removerse porque son un posible foco de infección.
Los alimentos deben servirse, preferiblemente, en utensilios desechables. Si la escuela cuenta con el personal y los recursos para lavarlos, puede hacerlo, asegurándose de seguir las medidas de salubridad pertinentes.
Mantener material de desinfección en las áreas donde hay equipo electrónico de uso común, como fotocopiadoras. Se recomienda que cada persona que utilice este equipo lo desinfecte luego de su uso para que esté listo para la próxima persona.
El uso de mascarillas es obligatorio para todos. Sin embargo, se deben tomar en cuenta situaciones particulares —como sería el caso de algunos niños de la corriente de educación especial o asmáticos crónicos—, y hacer los ajustes pertinentes. Puede que algunas instituciones requieran el uso tanto de mascarillas como de cubrecaras (face shields) y hayan implementado otras medidas opcionales de protección.
Prestar atención al manejo de las situaciones socioemocionales que puedan impactar a los menores.
Evaluar los diferentes escenarios y modalidades de clases para la comunidad escolar, ya sea dar clases en días alternos y ofrecer clases presenciales algunos días y remotos en otros; establecer horarios interlocking (que un grupo tome clases por la mañana y otro por la tarde); ofrecer clases en línea versus clases presenciales; o tener corrientes paralelas en las que grupos virtuales tomen clases al mismo tiempo que los grupos presenciales.
“Esa es la libertad que tienen las escuelas privadas por su autonomía. (Todo) va a depender de las necesidades y las realidades de cada escuela”, enfatizó Ayala de Torres.
Agregó que debido a que este es un proceso cambiante, las medidas pudieran ajustarse, siendo lo más drástico que haya otro cierre de escuelas. “Por ello, ningún documento va a ser final y firme. De la manera en que esto sigue evolucionando, se presta a muchos cambios”, dijo, mientras señaló que todavía se deben aclarar ciertas dudas, por ejemplo, en lo que respecta a las actividades deportivas en las escuelas, por lo que esperan las indicaciones del Gobierno.
Para tomar en cuenta
En el sector privado, los padres deben estar conscientes de que sus hijos van a necesitar aparatos electrónicos (computadoras o tabletas) para tomar las clases.
El niño debe tener un área destinada para realizar trabajo virtual. La estructura es importante para una mejor ejecución y tener sus materiales accesibles.
Reconocer que la realidad de las escuelas cambiará para proteger la seguridad y la salud de los niños, y del personal escolar. Entre las medidas a tomar están: establecer un sistema de monitoreo y de rastreo, la toma de temperatura diaria, dejar y recoger a los niños en la entrada de la escuela; e informar si hay algún caso positivo de COVID-19 en la familia para que la institución tome medidas adicionales, entre otras.
Si el niño tiene síntomas, no llevarlo a la escuela.
Enviarle más meriendas, pues las salidas de los salones van a estar limitadas.
Si no han recibido el protocolo de sus escuelas, deben solicitarlo.
“Nuestras escuelas (privadas) están listas y lo han estado desde el principio. (Ahora) es importante que los padres trabajen en conjunto con las escuelas en este proceso”, finalizó diciendo Ayala de Torres.