Muy activa la temporada de huracanes

La meteoróloga Ada Monzón advierte sobre la vulnerabilidad de Puerto Rico y la necesidad de respuesta rápida


Ada Monzón, meteoróloga (Suministrada)

Ada Monzón, meteoróloga (Suministrada)

El tiempo sigue corriendo sin pausa y cuando pensábamos que no podía pasar nada más en nuestras vidas, además de los terremotos y la presencia del COVID-19, desde el 1 de junio tenemos que unir a nuestra lista de inquietudes el comienzo de la temporada de huracanes.

Según los pronósticos realizados anualmente por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), en esta temporada se formarán entre 13 a 19 tormentas tropicales, de las cuales de 6 a 10 se convertirán en huracán. De estas, de 3 a 6 serán huracanes fuertes.

“Independientemente de la cantidad de tormentas que se formen, lo importante es que al ser una temporada activa o hiperactiva (en caso de que llegue a 20 tormentas) esto puede ponernos en una posición de mayor riesgo”, indicó Ada Monzón, meteoróloga de Noticentro al Amanecer de Wapa TV. “Esta temporada no tiene precedentes en términos de cómo la vamos a enfrentar, debido a que se han juntado un sinnúmero de aspectos sociales y económicos que van a tener incidencia directa en todo. Por lo tanto, como no sabemos cuándo podríamos recibir el azote de un huracán, lo importante es que todos estemos preparados con tiempo”.

Ya para el 15 de julio deberíamos estar preparados, debido a que la actividad ciclónica comienza a aumentar en los meses de agosto, septiembre y octubre
— Ada Monzón, meteoróloga de Noticentro al Amanecer de Wapa TV

La preparación debe comenzar en el hogar de cada uno de los ciudadanos de la isla. Esto incluye hacer evaluación de las viviendas con calma, siguiendo el consejo de expertos en construcción. Además, se deben asegurar ventanas, puertas y techos, y hacer arreglos estructurales en aquellas zonas donde hayan habido derrumbes en el pasado. Por otro lado, se deben hacer preparaciones en términos de la seguridad alimentaria y de la salud emocional y física de todos.

“Ya para el 15 de julio deberíamos estar preparados, debido a que la actividad ciclónica comienza a aumentar en los meses de agosto, septiembre y octubre”, añadió Monzón, fundadora del Ecoexploratorio. “Cuando uno tiene temporadas que son acticas o hiperactivas, tiende a haber fenómenos que pueden ser consecutivos y simultáneos. Esto nos pone en una posición similar a las 2017, que fue una temporada muy alta”.

Según la experimentada meteoróloga, este año se están uniendo una serie de factores que podrían ser los ingredientes perfectos para la formación de muchos huracanes. Esto incluye que las temperaturas ya están por encima de lo normal y hay un contenido de calor en su punto más alto. Además, las temperaturas del agua o contenido de calor del océano están sobre lo normal y los vientos van a ser débiles, principalmente del este, en las diferentes capas de la atmósfera, lo que implica que los fenómenos que se formen van a encontrar un ambiente que les va a favorecer a un desarrollo rápido.

Panorama complicado

El que pase o no un huracán por Puerto Rico es imposible de pronosticar. De lo que se puede tener cierto control, en opinión de Monzón, es la forma en que se lleva a cabo la respuesta a la emergencia, algo que será sumamente complicado en esta ocasión. “El manejo de la emergencia de un huracán junto con el COVID-19 representa un reto. Ahora tienes que añadir mascarillas, guantes, desinfectantes en todos los procesos y, en el caso de los refugios, es un reto todavía mayor debido al manejo de los espacios, en lugares donde generalmente se aglomera mucha gente”, argumentó Monzón. “Pero creo que más importante aún, a mí lo que me preocupa es el proceso de respuesta. Me parece que las organizaciones de base de fe y de base comunitaria, que son de las primeras en ayudar a las comunidades, en este año están en una situación precaria. Por lo tanto, es importante que se comiencen a trabajar desde ya los protocolos de respuesta, porque si no, esa reacción podría ser extremadamente lenta y puede incidir en una situación de caos, de frustración y de inseguridad en la población. Esto es algo que tenemos que evitar”.

Para la meteoróloga, la isla se encuentra en el peor momento posible para enfrentar una emergencia como lo sería un huracán. “Realmente creo que Puerto Rico está en la posición más frágil que ha podido estar para enfrentar una temporada de huracanes que hemos visto en épocas recientes”, argumentó Monzón. “No podemos depender solamente del trabajo del Gobierno en este sentido. Sin el apoyo de las comunidades, de las organizaciones sin fines de lucro y de las instituciones privadas, va a ser cuesta arriba. Ahora más que nunca se requiere la colaboración de cada uno de nosotros y asumir nuestra responsabilidad. Por otro lado, también hay que educar para que las personas sean conscientes de lo que nos podría ocurrir, tenemos que demostrar que realmente somos resilientes y que podemos atender y responder efectivamente a cualquier situación que se nos presente”.


 

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