Reacciona con astucia a la pandemia
Enfrentado a un escenario novel, el consumidor modificó sus hábitos de compra abrazando con más fervor el uso de la tecnología para satisfacer sus necesidades
Una de las áreas que más ha sufrido a raíz del confinamiento social causado por la súbita aparición del COVID-19 ha sido la economía, afectando directamente a empresas, industrias y al consumidor. Esto ha llevado a que lo que se conocía como “normal”, tanto en nuestras vidas, como en el mundo empresarial, haya cambiado drásticamente.
“Los últimos meses han sido un disloque bastante severo en términos económicos, por el hecho de que la productividad de los asalariados bajó a casi cero por un tiempo. Hubo muy pocos sectores que se pudieron mantener activos”, indicó José Ledesma Fuentes, CFA, presidente de la Cámara de Comercio de Puerto Rico. “Todas estas ideas de trabajo remoto, que muchas empresas ya estaban adoptándolas, se integraron como una necesidad, no como una flexibilidad o un lujo de las empresas. Las compañías se han visto obligadas a cambiar sus modelos operacionales y a tener planes que sean robustos en el área de Recursos Humanos, que sean resistentes a cualquier tipo de desastre. Y en los pasados años hemos pasado por huracanes, terremotos y ahora esta pandemia”.
En términos del consumidor, estos también han sido tiempos complicados, ya que no ha podido realizar las compras con la regularidad y de la forma que lo hacía. Por lo tanto, todo el proceso ha servido de evaluación, paciencia y aprendizaje. “El consumidor se ha visto obligado a enfocarse en las necesidades y en los productos esenciales, que son la comida, los medicamentos y ciertos tipos de productos. Lamentablemente hemos perdido muchas comodidades en estos últimos dos meses”, comentó Ledesma Fuentes, quien es analista financiero certificado. “Creo que los consumidores han demostrado mucha paciencia, ya que estamos acostumbrados a tener nuestra comodidad. Sin embargo, entiendo que una vez se vayan levantando todas las restricciones, los clientes van a poder, finalmente, adquirir todos esos productos que han estado necesitando todos estos meses”.
Durante los pasados dos meses, en los que se implantó un toque de queda y un cierre completo de la mayoría de los negocios privados y oficinas gubernamentales, surgieron varias tendencias en la manera de hacer negocios, que quizás algunas se mantendrán en el diario vivir, pero otras no. Estos son algunos ejemplos:
1. La compra del supermercado online
Sin duda, los alimentos se convirtieron en la principal prioridad tan pronto la gobernadora decretó el toque de queda y pidió que los ciudadanos se quedaran en sus casas. Esto provocó una avalancha de personas en todos los supermercados a través de toda la isla. Además, aquellos que nunca lo habían hecho, se vieron forzados a comenzar a usar el servicio de compra online de varias cadenas de supermercados para no tener que salir de sus casas y exponerse a contagiarse con el coronavirus. Esto es algo que, en opinión de Ledesma Fuentes, se va a mantener como costumbre de muchos consumidores. “Van a haber personas que sí lo van a seguir haciendo para ciertos tipos de productos que son pesados o que saben que van a comprar siempre. Para algunos otros tipos de productos no”, mencionó el empresario. “Los supermercados, efectivamente, han aumentado su capacidad de entrega para lidiar con la demanda. Incluso, en algunos casos como en la población de los adultos mayores, si sus hijos les quieren hacer la compra, ahora es más fácil, porque puedes hacerla y no tienes que coger mediodía para eso. Ya instantáneamente si algo le falta, se puede hacer esa orden. En algunos de los sectores, sí hay unos beneficios inmediatos y temporeros, pero hay otros segmentos que van a continuar permanentemente con estos servicios de entrega”.
2. Ventas al detal a través de Facebook
Muchas tiendas de ropa, como boutiques, o de joyería, entre otros, se vieron forzados a utilizar sus cuentas de Facebook para mostrar sus productos, hacer la venta, y enviar por correo los productos a sus clientes. “El detalle con la ropa, zapatos o joyas, es que sí hay una gran cantidad de personas que compra estos productos online, pero siempre va a haber un buen porcentaje de la población que va a querer seguir comprándolo a todo en la tienda. Sin embargo, mientras se les dé la flexibilidad a los clientes de poder devolver o cambiar el artículo que se compra por internet, creo que esas ventas van a continuar”, añadió. “Algunas de los negocios que tienen e-commerce bastante fuerte, son empresas que están exportando a otros países productos de moda y de joyería. En Puerto Rico se está dando ese nicho en la joyería”.
3. Delivery de comida
Muchos restaurantes se vieron obligados a ofrecer sus servicios para entrega o recogido, aunque nunca antes lo hubieran hecho. Todo esto, con el propósito de sobrevivir económicamente. Esto es algo que se ha convertido en una misión sumamente difícil y cuesta arriba para muchos. “A los restaurantes que han tratado de añadir servicios de delivery o carry out, se les ha hecho difícil y, en algunos casos, tuvieron que cesantear una parte de su equipo de trabajo, porque no había negocio. A nivel de estímulo económico, el sector de restaurantes, aunque estuvo exento durante estos meses, necesita más estímulo económico”, comentó el analista financiero. “Para los consumidores, el que los restaurantes se hayan mantenido abiertos ofreciendo estos servicios ha sido bueno, porque al menos han tenido la opción de una gran variedad de restaurantes. Pero es algo que considero que una vez se vuelva a la normalidad, las personas regresarán a comer a los restaurantes que hayan podido sobrevivir a la pandemia”.
4. Llamadas telefónicas para recoger material
Desde un principio que comenzó el aislamiento social y la cuarentena, hubo varios negocios de venta de equipo esencial, como fue el caso de productos de mantenimiento de piscinas y, más adelante, ferreterías o tiendas de piezas de autos, por poner un ejemplo, en las cuales los clientes llamaban a la tienda y luego pasaban a recoger la mercancía. Esto provocó que el consumidor tuviera que hacer todas estas gestiones, que no hacía antes, para conseguir una pieza o producto en particular. En opinión de Ledesma Fuentes, esta será una tendencia que desaparecerá con el tiempo. “Dependerá de la tienda y los servicios y productos que ofrezcan, pero creo que esto volverá a la normalidad más adelante”, argumentó el empresario. “Ir de compras a una tienda es parte de la terapia mental de cada persona. Salir y comprar algo es un ejercicio que te ayuda a reducir el estrés. Y el consumidor está loco por hacer eso”.