Greetchen Díaz, una científica que forma a la nueva generación de líderes
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La educadora comparte el camino que la llevó a empoderar a niñas y jóvenes
Greetchen Díaz sabe lo que son los sacrificios. Su dedicación a los estudios, afortunadamente, pudo contra todo. Ahora es científica y educadora. Pero antes de hacerlo a su manera, pasó necesidades. Las que llegan de haber crecido en un barrio violento en Ponce y venir de una familia de escasos recursos.
La historia de Greetchen comienza desde que entró a la escuela. Sus maestras notaron su potencial. Por eso se encargaron de apoyarla, de inculcarle el amor por las ciencias y de orientarla para que entrara al Centro Residencial de Oportunidades Educativas de Mayagüez (CROEM).
Haber sido aceptada en esa escuela residencial marcó un antes y un después en su vida.
“Fue liberador, porque yo necesitaba salir del barrio para lograr lo que quería”, compartió.
Abriendo paso ante la adversidad
Estar en CROEM, a la vez, fue difícil. Allí se dio cuenta de lo atrasada que estaba en matemáticas, en comparación con sus compañeros que venían de colegios privados. Tenía que estudiar todos los días para poder sacar A. Las vicisitudes no solo fueron académicas. De más está decir que tuvo limitaciones. En su casa no había carro. Muchas veces no tenía quien la llevara a Ponce, o quien la regresara de vuelta a Mayagüez. A veces llegaba tarde y la castigaban.
“Los estudiantes teníamos que hacer una comprita para tener en el cuarto y hubo ocasiones que no tuve, pero las mamás de mis compañeros me ayudaban. En los dos años que estuve allí, nunca recibí visitas de mi familia porque mami no tenía carro”, contó.
Durante su segundo año en CROEM, su familia lo perdió todo luego del huracán Hortensia. Nada, sin embargo, impidió que entrara al Recinto Universitario de Mayagüez. Allí hizo su bachillerato y maestría. En ese tiempo, también vivió experiencias que la marcaron y que fueron delineando su camino.
Por ejemplo, Greetchen notó que, aunque había muchas estudiantes, los puestos de liderazgo siempre eran ocupados por hombres. Las microagresiones machistas tampoco faltaron.
“Cuando estaba en bachillerato, tenía instructoras que eran estudiantes de maestría y yo veía que, si salían embarazadas, los profesores no las apoyaban. Salir embarazada mientras estudiabas era el fin de tu carrera”, sostuvo la doctora en Biología Molecular.
Su manera de aportar a la ciencia
Por eso continuó estudios doctorales; quería trazar su propio camino como una líder en las ciencias. Cursando su doctorado en la Universidad Estatal de Ohio, contactó a los encargados de Ciencia Puerto Rico y empezó a colaborar con ellos. Esa experiencia le permitió formar parte del equipo del Fideicomiso para Ciencia, Tecnología e Investigación de Puerto Rico, dirigiendo el primer programa de grants en la isla para ayudar económicamente a científicos boricuas.
En el 2017 comenzó a trabajar de lleno con Ciencia Puerto Rico, donde dirige el Programa de Educación en Ciencias y Alianzas Comunitarias. Es ahí donde ha cumplido su misión de formar mujeres en las ciencias y líderes.
Creó el proyecto Semillas de Triunfo, un programa que busca motivar a niñas de escuela intermedia y superior para que se interesen en las disciplinas STEM y desarrollen destrezas de liderazgo.
Como parte de su labor, Greetchen busca alternativas educativas que puedan ayudar a maestros a continuar sus clases en medio de emergencias como huracanes, terremotos y el COVID-19. Ahora mismo se enfoca en desarrollar actividades escolares –como charlas a estudiantes– en las que participan ingenieros y científicos.
Esto lo hace, dijo, porque es su manera de dejar un legado: que en Puerto Rico se reconozca el valor de invertir en la ciencia y, a la vez, dar visibilidad a las y los científicos.